Con el respaldo del SEY, suelo con cubiertas verdes y sombra mitigan efectos del sol en yerba mate
Mediciones de temperatura en suelo evidencian, una vez más, que las cubiertas verdes, espontáneas o implantadas, son un aliado imprescindible para una buena productividad en yerba mate.
“En una de las semanas más calurosas de esta primavera, a las 9 de la mañana, con un calor sofocante, se midió la temperatura en un yerbal ubicado en Colonia Liebig, Corrientes. En suelo sin protección se evidenció 31.7 grados, en suelo con arvenses, 23.9 grados, y en suelo ubicado debajo de la planta, 23.1 grados.
Es decir, se puede apreciar una diferencia importante entre un suelo descubierto a pleno sol y los otros dos escenarios con cubierta verde, sombra y protección orgánica”, explicó Maira Gómez, del Servicio de Extensión Yerbatero (SEY) del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), quien trabaja con estos ejes junto a los productores.
La ingeniera señaló que “la temperatura óptima para el desarrollo de la mayoría de las plantas es entre 15- 25 grados centígrados. Puede variar, según la especie, pero en general después de los 30- 35 grados centígrados, las plantas pueden sufrir condiciones de estrés y eso las hace más susceptibles a plagas y enfermedades, afecta su proceso de fotosíntesis, respiración y absorción de agua”.
Gómez recordó que “en un suelo con cubierta verde y en un suelo bajo la sombra de una planta de yerba mate u otras, cubierto de materia orgánica, además de la cobertura de esa hojarasca, hay más retención de agua y actividad microbiológica”. De ahí la importancia, agregó, de “manejar el ambiente del yerbal con cobertura e incorporación de árboles, además de buenas técnicas de cosecha, para lograr un sistema más equilibrado y saludable, y por supuesto, una buena y sostenida productividad en el tiempo”.
El grupo de profesionales del SEY del INYM trabaja, desde su formación, hace 5 años, junto a productores yerbateros para garantizar la calidad de la yerba mate desde su origen trabajando intensamente en el manejo y cuidado del suelo, planta, agua, biodiversidad; y de esta forma atenuar el efecto del clima, plagas y enfermedades optimizando el sistema y haciendo más sustentable la producción










